Nuestro viaje ha llegado a su fin y con él os traemos el resumen de nuestros últimos días en la capital rusa.
Con la investigación de la homofobia en Moscú como tema central de nuestras andanzas, la semana comenzó con diferentes entrevistas a múltiples perfiles, a las que precedieron la visita a bares y lugares de interés para el público homosexual. Como colofón tuvimos la oportunidad de visitar los estudios de una de las emisoras más conocidas de la oposición: Echo Radio
Con la investigación de la homofobia en Moscú como tema central de nuestras andanzas, la semana comenzó con diferentes entrevistas a múltiples perfiles, a las que precedieron la visita a bares y lugares de interés para el público homosexual. Como colofón tuvimos la oportunidad de visitar los estudios de una de las emisoras más conocidas de la oposición: Echo Radio
Comenzamos el lunes reuniéndonos con Andrea Micolta, una estudiante colombiana de ciencias políticas que lleva seis años viviendo en Moscú. Nos interesó mucho su opinión, ya que nos dio una perspectiva exterior sobre la situación actual del país. Además, es una gran apasionada de esta ciudad, por lo que nos descubrió diferentes detalles que pasan desapercibidos al ojo del turista.
El martes seguimos las huellas del pasado homosexual de la ciudad visitando la plaza Pushkin, la cual fue un punto de reunión para lesbianas hasta que hace un años dejará de tener esta función por miedo a las represalias. Tras ello, fuimos a comer con una joven que vive un enfrentamiento con parte de su familia tras hacer pública su bisexualidad. El lugar elegido para nuestro encuentro fue Shpinat, un restaurante típico georgiano. Este tipo de gastronomía es una de las más recomendables a probar si se visita la capital. Os recomendamos la sopa kharcho beef y una especie de pizza llamada khachapuri megrelian.
La tarde se desarrolló entorno a dos puntos clave. En primer lugar visitamos el Museo de la Cosmonaútica, el cual permite hacerse una idea de la gran magnitud de la carrera aeroespacial tan importante durante el período de la Guerra Fría. El edificio llama mucho la atención ya que simula el lanzamiento de un cohete junto a su estela.
Enfrente del mismo se encuentra el VDNKh, o lo que es lo mismo, el Centro Panruso de exposiciones, en el cual se pueden encontrar diferentes espacios recreativos en los que, entre otras cosas, nos toparemos con un avión y un helicóptero a escala real, con una feria permanente, con un pequeño parque de atracciones y con un sinfín de exposiciones.
La mañana del miércoles fue la fecha elegida para reunirnos con Alexandra Sheveleva, perteneciente a The Village Magazine, una de las tantas publicaciones independientes que caminan lejos de la influencia del gobierno ruso. El azar y que el lugar inicial de la cita estuviera cerrado nos llevó a encontrarnos con ella en Mizandari Cafe, un acogedor lugar cerca del río Moscova en el que poder trabajar con tranquilidad y que ofrece una carta de calidad en la que se puede encontrar una amplia gama de limonadas caseras. Alexandra nos habló sin tapujos de la situación de los distintos medios de comunicación y de cómo tratan los diferentes temas, haciendo hincapié en los considerados temas tabú: homosexualidad, drogas y religión. Por su parte, Beans Coffee fue el lugar elegido para tomarnos un almuerzo con Polina Merkulova, con la cual hablamos acerca del Proyecto 404.
La tarde se desarrolló entorno a dos puntos clave. En primer lugar visitamos el Museo de la Cosmonaútica, el cual permite hacerse una idea de la gran magnitud de la carrera aeroespacial tan importante durante el período de la Guerra Fría. El edificio llama mucho la atención ya que simula el lanzamiento de un cohete junto a su estela.
Enfrente del mismo se encuentra el VDNKh, o lo que es lo mismo, el Centro Panruso de exposiciones, en el cual se pueden encontrar diferentes espacios recreativos en los que, entre otras cosas, nos toparemos con un avión y un helicóptero a escala real, con una feria permanente, con un pequeño parque de atracciones y con un sinfín de exposiciones.
La mañana del miércoles fue la fecha elegida para reunirnos con Alexandra Sheveleva, perteneciente a The Village Magazine, una de las tantas publicaciones independientes que caminan lejos de la influencia del gobierno ruso. El azar y que el lugar inicial de la cita estuviera cerrado nos llevó a encontrarnos con ella en Mizandari Cafe, un acogedor lugar cerca del río Moscova en el que poder trabajar con tranquilidad y que ofrece una carta de calidad en la que se puede encontrar una amplia gama de limonadas caseras. Alexandra nos habló sin tapujos de la situación de los distintos medios de comunicación y de cómo tratan los diferentes temas, haciendo hincapié en los considerados temas tabú: homosexualidad, drogas y religión. Por su parte, Beans Coffee fue el lugar elegido para tomarnos un almuerzo con Polina Merkulova, con la cual hablamos acerca del Proyecto 404.
El jueves amaneció con nubes negras amenazantes, pero era el primer día que teníamos para ejercer de auténticos turistas, así que, nos cargamos de buenos bocadillos y botellas de agua y salimos dispuestos a desgastar las suelas de nuestras zapatillas y sandalias. La primera parada obligatoria era la Universidad Estatal de Moscú. El edificio, situado en la Colina de los Gorriones, es uno de los más emblemáticos de la metrópolis por ser el más alto de los siete Rascacielos de Stalin. Al final de la tarde visitamos el Monasterio de Novodevichi, un amplio complejo de iglesias compuesto por llamativas cúpulas grisáceas, doradas, azules y verdes. Su belleza arquitectónica lo llevó en 2004 a ser considerado Patrimonio de la Humanidad.
Aunque la visita se hizo esperar, el viernes giró entorno a la Plaza Roja y sus alrededores. De este modo, visitamos por dentro la Catedral de San Basilio y el interior del Kremlin, en el cual decimos visitar la plaza de las catedrales y la armería.
A media tarde acudimos a un espectáculo al aire libre llamado "Three Dimensions", en el cual pudimos disfrutar de un atardecer mágico donde unas enormes figuras marinas se encargaron de decorar la puesta de sol moscovita. Por último, acudimos a Momo Bar, un bar de ambiente gay en el cual tanto su decoración como su público demuestran que se puede disfrutar de la noche moscovita sea cual sea tu condición sexual.
Nuestro último fin de semana giró entorno a tres puntos clave y lugares de interés. El primer sitio al que acudimos fue el mausoleo de Lenin, en el cual se puede encontrar el cuerpo sin vida del revolucionario ruso embalsamado en perfecto estado gracias a diferentes técnicas de conservación. Casi todo el sábado lo pasamos en el Mercado Izmailovo, en el cual podemos encontrar infinidad de matrioskas, imanes, gorros militares y un sinfín de souvenirs típicos, a los para deleite de los más clásicos se le unen cientos de antigüedades.
A media tarde acudimos a un espectáculo al aire libre llamado "Three Dimensions", en el cual pudimos disfrutar de un atardecer mágico donde unas enormes figuras marinas se encargaron de decorar la puesta de sol moscovita. Por último, acudimos a Momo Bar, un bar de ambiente gay en el cual tanto su decoración como su público demuestran que se puede disfrutar de la noche moscovita sea cual sea tu condición sexual.
Nuestro último fin de semana giró entorno a tres puntos clave y lugares de interés. El primer sitio al que acudimos fue el mausoleo de Lenin, en el cual se puede encontrar el cuerpo sin vida del revolucionario ruso embalsamado en perfecto estado gracias a diferentes técnicas de conservación. Casi todo el sábado lo pasamos en el Mercado Izmailovo, en el cual podemos encontrar infinidad de matrioskas, imanes, gorros militares y un sinfín de souvenirs típicos, a los para deleite de los más clásicos se le unen cientos de antigüedades.
Por último, nuestras aventuras por tierras rusas culminaron con la visita a Echo, una de las radios de la oposición más importantes de Moscú. El edificio mantiene todavía mantiene todavía la decoración de la última reforma en la época soviética.
Durante nuestro recorrido pudimos observar cada una de las estancias y una inmensa galería fotográfica que a lo largo de su pasillo muestra todos los ilustres personajes que han pasado por ahí: desde Angela Merkel o Hollande, hasta Hillary Clinton pasando incluso por José María Aznar. Y pese a la ideología contraria de esta emisora a la actual política, la omnipresencia de Putin también le hace estar colgado entre los múltiples retratos.
Durante nuestro recorrido pudimos observar cada una de las estancias y una inmensa galería fotográfica que a lo largo de su pasillo muestra todos los ilustres personajes que han pasado por ahí: desde Angela Merkel o Hollande, hasta Hillary Clinton pasando incluso por José María Aznar. Y pese a la ideología contraria de esta emisora a la actual política, la omnipresencia de Putin también le hace estar colgado entre los múltiples retratos.