La cuarta jornada de la 9ª edición de PICURT, presentó como parte de las actividades culturales programadas la conferencia “La mujer polaca de montaña”, a cargo de la periodista Beata Zabala-Zielinska. El escenario para dicho evento ha sido la sala Immaculada de La Seu d´Urgell.
La periodista hizo hincapié en la cordillera que forma la frontera entre Polonia y Eslovaquia: la zona de los Tatras. Un lugar de difíciles condiciones meteorológicas. El invierno tiene una duración de ocho meses, que hace la vida difícil. Sin embargo, subrayó que ha sido el clima el elemento determinante en el carácter montañés: valentía y orgullo por la sensación de libertad.
Sabala destacó el sistema de familia tradicional: paterno. El papel de la mujer es importante pero no reconocido por el hombre. La norma, era hace algunos años tener al menos diez hijos, quienes ayudarían a trabajar el suelo pobre y difícil que impera en las montañas. Aunque reveló el secreto de las abuelas polacas, “la mujer debe manipular al hombre haciéndolo creer que lo que se hace es por él”.
Prosiguió su discurso enfocándose a la vida de familia. Una “crianza fría”, donde expresar afecto es sinónimo de mostrar debilidad. “Nunca se verá a un hombre tomar de la mano a un mujer o besarla, amar es como el suelo de la montaña, frío”, declaró.
Sin embargo destacó que las mujeres montañesas son especiales. Se ocupan solas de administrar enormes refugios de montaña. “Son valientes, rápidas y seguramente ningún hombre podría realizar dicha tarea”. Agregó que el papel de la mujer ha ido cambiando con los años. Se ha incorporado a sectores como la danza tradicional o la música. Ahora está marcado por la experiencia y el sentido de humor montañés que las caracteriza.
Sabala destacó el sistema de familia tradicional: paterno. El papel de la mujer es importante pero no reconocido por el hombre. La norma, era hace algunos años tener al menos diez hijos, quienes ayudarían a trabajar el suelo pobre y difícil que impera en las montañas. Aunque reveló el secreto de las abuelas polacas, “la mujer debe manipular al hombre haciéndolo creer que lo que se hace es por él”.
Prosiguió su discurso enfocándose a la vida de familia. Una “crianza fría”, donde expresar afecto es sinónimo de mostrar debilidad. “Nunca se verá a un hombre tomar de la mano a un mujer o besarla, amar es como el suelo de la montaña, frío”, declaró.
Sin embargo destacó que las mujeres montañesas son especiales. Se ocupan solas de administrar enormes refugios de montaña. “Son valientes, rápidas y seguramente ningún hombre podría realizar dicha tarea”. Agregó que el papel de la mujer ha ido cambiando con los años. Se ha incorporado a sectores como la danza tradicional o la música. Ahora está marcado por la experiencia y el sentido de humor montañés que las caracteriza.