La anhelada sensación de surcar los aires y sentir plena libertad, gozar de espectaculares vistas pero sobre todo tener grados máximos de seguridad, lo proporciona una reciente modalidad aerodinámica: el parapente. Un placentero paseo por las alturas que conjuga idealmente la emoción de un deporte de aventura con la apasionante fineza de levantar el vuelo.
Anclado en la comarca pirenaica, Organyà se consagra cada día como uno de los destinos aconsejables para realizar este deporte, ya que permite un despliegue asequible llamando al entreno de los mejores parapentistas del mundo. Con una trayectoria relativamente corta, su práctica inicia a principios de los años 90´s, en el Club Parapent Perenai, uno de los primeros establecidos en España, y que heredó en el 2010 el fomento y la difusión a la actual Escuela de Parapente de Organyà.
Dignificar este deporte ha representado en los últimos años todo un reto de aceptación y consagración al público en general, comenta Fernand Carricondo, Presidente del Club Parapent Pirenaic, quien a través de una amena charla introductoria replantea la práctica del parapente como una actividad placentera y segura asemejándola al vuelo que realizan los buitres, ya que aprovechan las horas de actividad térmica del día, cuando se producen las masas de aire caliente que permiten realizar un vuelo estable.
Además recalcó que el parapente biplaza destaca por su seguridad ya que está equipado de cómodas sillas con protección que evitan cualquier accidente y permite a la vez una gran accesibilidad a toda la comunidad: desde niños y adultos de la tercera edad hasta personas con discapacidades físicas, es decir, cualquiera puede hacerlo con un mínimo de esfuerzo.
Por sus diferentes características, la experiencia de este tipo de vuelo se divide en tres modalidades: de placer, de distancia y de acrobacia, este último con singulares muestras como las barrenas, cuyas demostraciones con pilotos de las ligas representan un singular atractivo en festivales como PICURT y durante la fiesta mayor del pueblo, compartiendo recientes pero enriquecedoras muestras audiovisuales que despierta el interés, la aceptación y el mismo apoyo a través de patrocinios de la gente de la comunidad.
Aún con la intrepidez implicada, este deporte no limita su práctica sólo para el público masculino, sino que son ahora las propias mujeres quienes rompen las barreras de intentados sobresaltos, siendo ejemplar el caso de Xary Andújar, actual instructora biplaza de parapente y con 12 años de experiencia que respaldan no solo los halagos por su esfuerzo femenino en un campo aún dominado por los hombres.
Los riesgos que conlleva el parapente, son los mismos que conlleva cualquier actividad: a la mínima duda, tomarla en cuenta. Ser sensato también es ser valiente.